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Cuando el miedo te congela, ves todo como imposible.
Cuando el miedo te congela, es doloroso tratar de moverte.
Quizá quieres platicar con esa persona y el miedo te lo impide.
Tal vez no estás feliz en tu trabajo, pero te apanicas al pensar siquiera en buscar una alternativa.
Tal vez sabes que debes salir de esa relación en donde te dañan tanto, pero el miedo a quedarte sola te congela y te entierra en esa tormenta. Bien dicen que más vale diablo conocido que por conocer, ¿no?
Tel vez emprendiste y te dijeron NO una vez, dos veces, tres veces y el miedo te hizo renunciar y decidiste regresar a ese lugar cómodo del que tanto tratabas de salir.
Te quejas de una situación que no te gusta, pero el miedo a lo desconocido te obliga a permanecer ahí.
Cuando el miedo te congela, no puedes avanzar. Y pensaras, que importa, si estoy tan cómoda en donde estoy.
Pero hoy te pregunto ¿estas feliz? ¿Realmente te quieres quedar ahí? ¿Que sientes al pensar que en 5 o 10 años seguirás ahí? ¿Cómo te sientes cada vez que renuncias a un sueño porque no te salió a la primera? ¿Que sientes al pensar que lo puedes cambiar?
Hoy con todo cariño y respeto te pregunto, ¿qué estás haciendo para cambiar eso que no te gusta?, eso que te molesta, eso de lo que tanto te quejas, eso que ya te cansaste de vivir.
Comienza hoy, y te prometo que no lo vas a cambiar en un día, ni en dos, ni en una semana y tal vez ni en un mes o dos o ni en un año.
Pero si comienzas hoy a ejecutar una pequeña acción, otra mañana, otra el día que le sigue y así, no paras de avanzar, vas a llegar a ese punto en el que podrás sentirte orgullosa de tu vida y no habrá quien te detenga, ni tu propio miedo.
Yo no estoy en donde quiero estar aun, y me falta muchísimo para estarlo, pero todos los días me aseguro de hacer algo para acercarme más.
Y sabes que, el hecho de estar trabajando en ese futuro que quiero tener, me llena de motivación para hacer esas tareas diarias que tal vez no son tan cómodas, tal vez no son tan fáciles y me hacen sentir ganas de renunciar, pero sé que todo lo que estoy haciendo es para mí desarrollo, para mi propio negocio, para mi propio futuro, porque no hay nadie más que lo forje por mí, más que yo misma.
Como dice John Maxwell en su teoría de la liga.
Si tienes una liga ahí en un cajón, no tiene valor. Pero si la comienzas a utilizar para sostener varios lápices, o para amarrar una bolsa, esa misma liga sin valor se va a convertir en algo necesario.
Nuestro cerebro es como esa liga, si lo estiramos va a comenzar a dar valor.
Y sabes que, una vez que estiras una liga ya nunca vuelve a ser la misma, así nuestro cerebro y nosotros mismos, una vez que te sales de su zona de confort, una vez que estiras ese cerebro y lo pones a trabajar, a idear, a crear, a cambiar.
Nunca volverá a ser el mismo. NUNCA VOLVERAS A SER LA MISMO
Hoy te invito a pensar en eso que quieres diferente en tu vida y comiences con acciones diarias para cambiarlo.
Hoy te invito a salir de esa zona de comodidad, a romper el molde.
No te canses de luchar, mejor cánsate de estar en ese lugar en donde no te gusta estar.
Cánsate de quejarte y mejor usa tu energía en hacerlo diferente.
Debemos cambiar nuestros propios paradigmas y limitaciones. Debemos obligarnos a crecer. ¿Cómo? Con acciones diarias, un paso a la vez, con paciencia, pero con una perseverancia incansable.
Recuerda que es más fácil ir al segundo piso, subiendo un escalón a la vez, que tratando de escalar la pared. Pero renunciar y quedarte abajo, no debería ser una opción, NUNCA.
Y no te esperes. No lo pienses, pues si comienzas hoy mismo, llegarás un día antes a donde tanto deseas hacerlo.
Una respuesta a «Cuando el miedo te congela»
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